TEMA 2: El Marco Común europeo de referencia para las lenguas

TEMA 2: El Marco Común europeo de referencia para las lenguas; Objetivos, métodos y prioridades de la política lingüística europea

El tratamiento del tema 2, comenzó con un pequeño debate introductorio en el que se le planteaban al grupo-clase diferentes preguntas sobre el MCER, para continuar con una autoevaluación del propio nivel de idioma a través de una plataforma virtual y luego seguir con las explicaciones teóricas y los ejercicios prácticos diseñados para ser implementados en el aula. En lo que respecta al debate inicial, encuentro estas actividades muy interesantes tanto para llevar a cabo una evaluación diagnóstica sobre el conocimiento previo del alumnado como para poner al aula en situación y fomentar el establecimiento y mejora de las relaciones interpersonales entre los alumnos y entre los alumnos y el docente. Esto contribuye, a su vez, a crear un clima agradable y seguro que estimule el desarrollo y progreso del aprendizaje, promoviendo, también, la confianza y autoestima de los alumnos. En lo referente a la autoevaluación de nuestras competencias lingüísticas, esta se llevó a cabo a través de la herramienta “Auto-evalúa tu competencia lingüística” desarrollada por  el Centro Europeo de Lenguas Modernas del Consejo de Europa. Dicha herramienta toma como referencia el MCER y, más en concreto, su parrilla de autoevaluación. Con todo, y a pesar de los aspectos positivos que presenta, este test es, en mi opinión, bastante subjetivo y, por ende, poco fiable, ya que parte, fundamentalmente, de la opinión personal de propio alumno quien, respondiendo a diversas cuestiones sobre lo que sabe o puede hacer o no en cada una de las destrezas (producción escrita, comprensión escrita, producción oral, interacción oral y comprensión oral), obtiene un resultado que lo sitúa en un nivel de idioma concreto (desde A1 hasta C2). Así, es el propio estudiante el que, en base a sus respuestas en relación con la consecución o no de ciertos objetivos del MCER, “obtiene” o “establece”, por así decirlo, su nivel de idioma; con el alto grado de subjetividad y parcialidad que ello acarrea. 

Herramienta para autoevaluar la competencia lingüística.

Una vez realizada esta autoevaluación, procedimos a trabajar, primero de manera teórica y después práctica, con el marco en sí, centrándonos, principalmente, en su definición, origen, usos, criterios, niveles de referencia y enfoque. Antes de comentar algunos aspectos concretos de esta actividad, creo que es relevante destacar que, a pesar de conocer la existencia del marco y de haber consultado alguno de sus apartados en diversas ocasiones (especialmente los niveles comunes de referencia), nunca había reflexionado sobre su contenido global y sus posibles aplicaciones, ni había llegado a trabajar con él de manera tan completa y exhaustiva. Lo cierto es que, tras la realización de estas tareas, he llegado a la conclusión de que era una herramienta que desconocía prácticamente por completo, ya que no sabía que tratase otros aspectos que no fuesen, únicamente, los niveles de referencia. Con todo, y a pesar de constituir una herramienta muy útil para la enseñanza, aprendizaje y evaluación de idiomas, sigue siendo, desde mi punto de vista, demasiado general. Entiendo que esta cualidad de abogar por un enfoque tan global emana, al mismo tiempo, del propio carácter del MCER y que este responde perfectamente a su nivel de concreción, ya que se trata de un marco de referencia común internacional que pretende servir de guía para todos los idiomas y, al mismo tiempo, superar las barreras derivadas de los diferentes sistemas educativos específicos. Asimismo, este enfoque encaja también con el hecho de que las escalas del marco sean extrapolables y generalizables para adecuarse a todos los contextos, así como que se encuentre siempre abierto a incluir nuevos usos. Por otro lado, el MCER también se apoya en otros documentos complementarios o auxiliares, como el Companion Volume, por ejemplo, donde, en su publicación de 2018, se han incluido o actualizado algunos de los descriptores de las diversas destrezas para los diferentes niveles de idioma, permitiendo, así, su actualización, modificación y mejora constantes.

Sin embargo, y sin querer restar, en ningún momento, la importancia que merece o la utilidad que representa, me resultaría bastante útil, sobre todo a nivel profesional, que, aunque solo fuese de manera orientativa, se incluyesen, a modo de ejemplo, algunos de los contenidos específicos necesarios para alcanzar estos descriptores en cada una de las destrezas y nivel de idioma. Entiendo que esto supone una tarea compleja, especialmente a medida que se sube de nivel, y que no responde al objetivo generalizador que pretende conseguir el MCER, pero sería interesante que, de algún modo, se ofreciese una orientación sobre los aspectos concretos del idioma que se deberían manejar en cada uno de los descriptores. A este respecto, y en plena complementación con el marco actual, podría ser de gran ayuda, por ejemplo, editar diferentes guías por idioma que aporten ejemplos específicos sobre los medios y contenidos que debería manejar el usuario por cada nivel, destreza y descriptor, enlazándolos, al mismo tiempo, con las competencias necesarias y demás elementos reflejados y recogidos en el MCER. De este modo, creo que se lograría alcanzar una visión mucho más completa, integradora e interrelacionada de los diferentes componentes del marco y se conseguiría un manejo más práctico, eficaz, productivo y útil del mismo. A este respecto, la práctica realizada en clase (diseño inicial de creación de un curso), ha resultado muy útil tanto para conocer y comprender cada uno de los elementos del marco de manera individual como para ver la interrelación que se establece entre ellos. En mi opinión, y debido a la extensión y a la cantidad de información recogida en el MCER, es complicado detectar las conexiones que existen entre sus diversos componentes a simple vista y, más todavía aún, poner todo ello en práctica de manera correcta. Creo que la actividad desarrollada en clase ha cumplido, entre otros, este propósito fundamental, si bien también nos ha demostrado que es una tarea inicialmente complicada y algo “tediosa” que es necesario perfeccionar y automatizar con la práctica. Con todo, considero que sería interesante poder manejar o crear un documento en el que se recojan las tablas principales y se resuman los aspectos más importantes del marco con el fin de facilitar esta tarea con vistas a favorecer su uso y aplicación en el proceso de E-A de lenguas extranjeras.

Captura de la práctica realizada en clase.

Para concluir, me gustaría destacar algunos aspectos derivados del estudio y práctica de dicho marco que considero interesantes. Entiendo que es especialmente relevante que se incluyan los contextos culturales, ya que la lengua y la cultura son partes indisociables de un todo y, por lo tanto, no es posible aprender o adquirir la una sin la otra. Las lenguas, como mecanismo de expresión vehicular de las culturas, no pueden estudiarse de forma aislada. De hecho, si se entendiese la lengua como parte integral de la cultura podría llegarse a afirmar, incluso, que nos formamos en culturas más que en idiomas; lo que demostraría, una vez más, la importancia y relevancia de los elementos culturales en este campo, así como de la necesidad de desarrollar cierta apertura de nuestros esquemas mentales y sensibilidad al respecto. Asimismo, encuentro muy estimulante y motivador que el rendimiento se valore desde puntos de vista positivos y no desde la perspectiva de las insuficiencias, centrándose, por tanto, en lo que el usuario ya sabe o puede hacer en lugar de en lo que no sabe o no puede llevar a cabo todavía. En mi opinión, este es un aspecto fundamental en el proceso de E-A de lenguas, ya que fomenta la motivación, la confianza, la autoestima, la autonomía, la voluntad de progreso y el espíritu de superación del usuario y evita actitudes derrotistas o de desánimo ante los obstáculos, dificultades o un posible avance que el estudiante pueda considerar “demasiado lento”. Con relación a este punto, es importante mencionar que, por norma general, suele notarse un avance más rápido en los niveles más bajos que en los más altos, ya que, al aumentar el nivel de complejidad, llega un momento en el que las destrezas son más complicadas de trabajar, haciendo, así, que el avance sea también más lento. Asimismo, y en lo referente a la dicotomía “avance lento vs. rápido”, será importante tener en cuenta, también, la base lingüística que el usuario tenga en su lengua materna, ya que si, por ejemplo, no es capaz de reconocer la información implícita en su idioma será muy poco probable que pueda hacerlo en una lengua extranjera. Para finalizar, y debido obviamente al carácter globalizador, general e integral del MCER, me parece relevante destacar la idea de que se puedan ramificar los niveles del marco de múltiples maneras, en lugar de tener que seguir un único tipo de ramificación. Dicho aspecto adquiere total sentido si se tiene en cuenta que, con un único marco de referencia, se pretende dar cabida a múltiples idiomas y culturas, con la multiplicidad de diferencias y divergencias que existen entre ellas. 

Comments

  1. ¡Hola Cayetana!

    Me gustaría darte la enhorabuena por tu entrada ya que considero que has explicado muy correctamente un tema tan denso y complejo como es el Marco Común Europeo de Referencia para las lenguas. Por otra parte decir que estoy de acuerdo contigo cuando mencionas que consideras más estimulante y motivador que el rendimiento se valore de manera más positiva ni tanto desde perspectivas más negativas donde se le dice al alumnado lo que no es capaz de hacer. Totalmente de acuerdo con tu afirmación.

    Un saludo

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    1. ¡Hola, Paula! Muchas gracias por tu comentario y por tus felicitaciones. Estoy de acuerdo contigo en que este tema es bastante denso y complejo. Espero haberlo expuesto de una forma un poco más amena y que facilite su comprensión. Como bien decías en tu comentario, medir el rendimiento del alumnado de manera positiva en base a lo que ya se ha alcanzado resulta mucho más estimulante y motivador que hacerlo de manera negativa partiendo de lo que todavía falta por conseguir. Pienso que es importante hacerle entender al alumnado que el aprendizaje de lenguas es un proceso largo, continuo y constante donde los progresos solo se ven con el paso del tiempo y en el que nunca se deja de mejorar, pulir, aprender y desaprender. Por ello, es primordial centrarse en lo que ya hemos hecho y no en todo lo que nos falta por hacer. Espero que, poco a poco, podamos ir cambiando este punto de vista tanto por parte de los docentes como por parte del alumnado.

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